martes, 10 de mayo de 2011

Dejar de fumar.

Los lunes no son un día de mucha actividad en la plaza, por lo que hoy el recorrido fue por la calle Moreno, entre Defensa y Lima.
En la primera cuadra de Moreno hay un laverrap (dícese del lavadero de ropa que está en la Ciudad de Buenos Aires, si bien ya no existen con ese nombre), gran invento, en donde dejé cuatro camisas para planchar. El planchado de camisas está a cuatro con cincuenta cada una, bastante en precio la verdad. En Cañitas, por ejemplo, me cuentan que no baja de cinco pesos el planchado (fuente: www.hoyencañitas.com). 
En la segunda cuadra la circulación se sabe complicar un poco, ya que el edificio de el Colegio tiene andamios que impiden la circulación por esa vereda, y el edificio de enfrente tiene andamios que impiden la circulación por esa otra vereda. De modo que en esa cuadra no hay mucho para hacer más que esquivar andamios, autos, y mucha basura. Vale la pena, sin embargo, el esfuerzo, puesto que la siguiente cuadra es la última antes de Diagonal Sur. Esa cuadra, entre Perú y Chacabuco, la utilicé para pensar que toda vez que hacía muchas horas que no fumaba y no me moría de ganas de hacerlo, y no tenía cigarrillos encima, no estaría mal aprovechar para intentar dejarlo, ya que me pasé el fin de semana boqueando por aire y escupiendo pedacitos de pulmón. 
En la esquina de Diagonal Sur y Moreno (y Chacabuco) se pueden observar algunas cosas interesantes. Hay una serie de edificios de estilo más o menos racionalista, que asemejan sendos barquitos que a la mar se echaran, aprovechando las esquinas triangulares que forma la diagonal. Entre los que en esa esquina se encuentran, está el Instituto Nacional de Reaseguro, Vialidad Nacional, ahí nomás está INDEC y unos metros más allá está INADI. Una zona muy Nacional, y muy Ejecutiva, a todas luces, ya que bajando hasta Belgrano está el acerado edificio ex Somisa, actual Jefatura de Gabinete de Ministros. 
Pero volviendo a lo importante, lo que hice hoy en esa esquina fue comprar cigarrillos. Mientras esperaba el semáforo (porque, eso sí, como cruzan tres calles, todas muy transitadas, hay que esperar a que los hados de la semaforopedia hagan una alquimia extraña para poder cruzar), abrí el paquete, arrojé el celofán y el papel metálico a un tacho que allí había,  me prendí un pucho y (por fin) pude cruzar. 
Las cuadras que van entre Chacabuco y Bernardo de Irigoyen (haceme acordar que te hable alguna vez del viejo don Bernardo), que son tres, tienen poca gracia. Entre Piedras y Tacuarí está el hotel Intercontinental, conformado por dos monstruosidades que de modo vertical y grasiento ocupan toda la manzana, rodeadas de jardincitos en que los "ejecutivos" precarizados comen sus ensaladas césar y sus sanguchitos de tomate confitado y atún orgánico. Después de ese interludio de desubicación arquitectónica, es todo más bien edificio viejo institucionalizado y lleno de ollín. Una verdadera pena. 
Finalmente, en la esquina de Bernardo, mientras esperaba el semáforo apagué el cigarrillo ya acabado y me pregunté cuándo habría sido la última vez que había cruzado la 9 de Julio de un tirón. Los años no vienen solos. De todos modos en esa esquina no cuenta, porque esta el viejo M.O.P., que afortunadamente están restaurando (desde hace cinco años mínimo) y que impide con sus andamios la circulación, él también. Creo que iban a poner un mural gigante de Evita, ya que es el escenario del Cabildo Abierto del 22 de Agosto de 1951. 
Te cuento una última: ¿Sabés cuál es la única cuadra en que la Av. 9 de Julio tiene altura? Esa misma, entre Moreno y Av. Belgrano, que es la cuadra del 1900 (vaya uno a saber por qué). No hay ningún otro edificio sobre esa avenida, de modo que solamente esa cuadra tiene alturas, si te fijás en una guía de códigos postales o algo así vas a ver que te digo la justa. 
Bueno, eso, hasta mañana. 

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